viernes

Cruzar la noche


Hola, chicos. Me encantan los comentarios que van poniendo (El que quiere acompañarlos con alguna imagen, puede hacerlo). No olviden de leer Cruzar la Noche para el miércoles y si se hacen lío con los nombres de los personajes, anotenlos en un papelito para ayudarse en la comprobación. Nos vemos.
Diego

miércoles

Consigna N°12

Dolina llega a la conclusion de que hay que tomarse el tiempo adecuado para hacer cada cosa. Por ejemplo, no hacer un curso que dure 3 años mientras que verdaderamente tendria que durar 5. Hay que disfrutar del aprendizaje. En la sociedad de hoy en dia, todo se puede hacer más rapido. Tambien, dice que para vivir sabiamente hay que tener mas de una velocidad: rapidez en lo que molesta y lentitud para hacer lo que nos gusta.
Yo coincido con esta postura del autor, ya que el aprender nos puede llevar mucho tiempo, pero es importante.
Muchas veces la rapidez nos es de gran ayuda: estaria bueno curarse de una enfermedad en un instante o hacer un viaje en 2 hs mientras que tendria que durar 10. Pero si uno desea buenos resultados, tiene que hacer cada cosa a su tiempo y disfrutarla.

consigna 12

Según mi punto de vista, Dolina llega a la conclusión de que vivimos en una sociedad acelerada en la cual la gente solo busca su propio beneficio. Pareciera que hoy en día es más importante la cantidad de títulos que una persona tenga a que sea una buena persona.
El que vivamos en una sociedad acelerada implica que la gente viva corriendo de un lugar a otro, que no nos tomemos el tiempo necesario que cada decición u acción necesita y que queramos aprender en un santiamen algo que lleva años de aprendizaje.
Yo coincido plenamente con la conclusión de Dolina ya que lo veo a diario.. propagandas de cursos acelerados, gente que no tiene tiempo para hacer lo que le gusta, curriculums donde lo más importante es quién llene más el renglón de títulos, sin importar cómo fueron obtenidos.
Para concluir, creo que cada uno debería tomarse más tiempo para hacer las cosas, porque hay cosas que no se aprenden tan rápido como quisieramos..

respuesta punto 12

El autor concluye que el aprendizaje dura toda la vida. Es un proceso largo que implica esfuerzo y dedicación. No esta de acuerdo con la gente que quiere facilismos, por ejemplo, conocer de literatura rusa sin tomarse el trabajo de leer los libros que corresponden.
Considera que cada cosa lleva su tiempo, que sería bueno que lo doloroso pase rápido y que lo placentero sea lento. El toma el aprendizaje como un acto que desearía ser placentero.
Considera además que hay algunas excepciones en donde seria mejor aprender rápido a "olvidar" lo que no vale la pena recordar, o que los "soberbios" aprendan rápido a ser humildes.
Yo estoy totalmente de acuerdo con el autor. Cuando veo programas en los cuales se utilizan a los chicos prometiándoles fama rápidamente y después en poco tiempo desaparecen, por ejemplo, me doy cuenta que si me gusta cantar lo mejor sería estudiar canto, música, y formarme como corresponde, aunque el camino sea mas largo y tedioso y obviamente nadie me garantice ningún éxito.
Pero, si algun día llego, seguramnetre va a ser merecido y no tan fácil me lo van a poder quitar.

martes

CONSIGNA 12

Dolina sostiene que el aprendizaje no debe apurarse, que es una parte importante de la vida que hay que disfrutar.
Yo coincido con esta opinión, ya que creo no debe minimizarse como si lo único verdaderamente importante fuera el resultado (en este caso obtener el titulo). En nuestra era todo pasa tan rápido que no hay tiempo de parar para admirar los pequeños detalles que nos alegran el día: un chiste con los compañeros, una felicitación por nuestro esfuerzo y otros placeres cotidianos que forman parte del aprendizaje.
En conclusión puedo decir que es verdad que a veces la rápidez nos ayuda a acelerar los malos momentos. Pero los buenos tiempos, ¿para que apurarlos? Asi, lo ideal es adaptar la velocidad a las distintas situaciones que se nos presentan.

Consigna 12

Dolina, en mi opinión, llega a la conclusión de que la sociedad en la cual vivimos ha dejado de interesarse en el camino hacia sus objetivos, para centrarse solo en el éxito, el rápido conocimiento y en títulos obtenidos. Olvidan que lo más importante de toda experiencia es el aprendizaje, es el trayecto, sea largo o no tanto, que debemos atravesar hasta llegar a nuestra meta. Se muestra irónico al mencionar los cursos acelerados que se promocionan. Se muestra, también, algo disconforme de acuerdo a como se saltean pasos de todo aprendizaje, promocionándolo de "rápido y eficaz" cuando al final termina siendo un montón de ideas que no muchos logran entender. Estas personas, que elijen el curso acelerado antes de sentarse horas para estudiar y lograr fijar los conocimientos completos y no por partes, toman este ritual como algo tedioso, insoportable, ahogante y no estan dispuestos a aceptarlo. Lo que no acepta quien escribe, es que haya gente que pretenda aprender en meses lo que a el mismo le llevo largos años de su vida.
Además, el autor saca el lado positivo de la aceleracion de la sociedad. Plantea lo que ocurre con problemas de salud o demoras de tránsito y agradece a la tecnologia y a la ciencia por hacernos pasar mas rapidamente aquellos malos momentos.
Lo que yo opino acerca de este asunto, es totalmente lo que opina el autor. Estoy sorprendida al escuchar acerca de cursos acelerados de todo tipo, que privan a sus "estudiantes" la posibilidad de gozar de un rico y sano aprendizaje. Seria hermoso para mi que todos estos cursos y ganas de ganar tiempo, de "cosechar sin haber sembrado" desaparezcan y la sociedad pueda volver a disfrutar del camino hacia el exito. Seria fantastico que todos entendamos lo que dice el respetado Alejandro Dolina... "Aprender es hermoso y lleva la vida entera.".

Consigna N°12

En mi opinión, Dolina da una crítica acertada. El mundo hoy en día sólo quiere obtener resultados, sin importar el camino que se transita. Todos queremos llegar a nuestras metas, sea como sea, probablemente salteando etapas importantes de aprendizaje, experiencias de vida necesarias y momentos únicos. Se toma el concepto de 'no perder el tiempo' para alcanzar una meta y lograr lo que uno quiere, pero sin darnos cuenta nos perdemos cosas mucho más rescatables e importantes. Cada uno tiene su velocidad y se toma su tiempo, pero en esta época se ve al más rápido como el más poderoso o el más eficaz.
Dice Dolina que es bueno tener más de una velocidad: saltear los momentos dificiles y aprovechar los que nos gustan, pero no concuerdo del todo con eso. Los momentos duros, por más que no sean los más lindos, nos enseñan muchas cosas y nos preparan y fortalecen para un futuro.
En conclusión, cada uno debería ser capaz de manejar sus tiempos, sabiendo qué es mejor para cada uno, intentando no dejarse llevar por lo que la sociedad nos propone e intenta obligarnos a seguir.

Respuesta 12 - Alejandro Dolina

En mi opinioón, el autor llega a la conclusión de que la sociedad siente el avance como poderoso, como si hacer las cosas rapidamente y sin perder un segundo beneficiaran más que hacerlas a su debido tiempo.
Mientras estos cursos de rápido aprendizaje lo único que hacen es dejar atrás el camino y fijarse solo en el futuro, en lo que los resultados puedan producir, y en que no hace falta transitar ese largo camino si solamente se puede resolver en unos pocos días.
Mi posición sobre el tema es que las cosas deben suceder como realmente son, que la rapidez no significa éxito, que las metas se pueden lograr de igual manera, y que no hay nada mejor que el aprendizaje y cada paso del mismo.
Coincido con el autor en el sentido que si todos supieramos lo importante que es el aprendizaje, y que sus frutos siempre pueden ser los mismos o mejor, no existirían estos cursos que nos impiden conocer lo importante que nos brinda el aprender todo lo necesario y aún más a su debido tiempo y momento.
El orgullo y placer que produce la sabiduría, nada ni nadie nos lo puede dar sin pasar y atravesar ese extenso y satisfactorio camino del aprender.

Respuesta Nº 12

Dolina plantea en el texto que en la vida hay que aprender a manejar las distintas velocidades de cada momento que uno vive. Aquellos que son buenos atravesarlos de manera lenta con el fin de disfrutarlos el mayor tiempo posible, pero para aquellos que son malos o de trago amargo sostiene que hay que atravesarlos rápidamente.
El autor plasma las distintas velocidades que ocurren durante la vida cotidiana en la educación. Resalta la impaciencia de los jóvenes para recibirse, ellos pretenden triunfar y ser alguien importante sin pasar por la fatigosa tarea del estudio.
Otra conclusión a la que llega el escritor es que los conocimientos se incorporan durante toda la vida, es por eso que hay mucha gente que fracasa al pensar que haciendo cursos acelerados aprenderán mejor, más rápido y tendrán beneficios.
En conclusión, yo creo que hay que aprender a manejar y aprovechar los tiempos y las velocidades, de este modo uno podrá disfrutar y aprender dedicándole el tiempo que le sea necesario.

Alejandro Dolina - Respuesta número 12

En mi opinión el autor llega a la conclusión de que vivimos en una sociedad basada en la competencia entre las personas y en el desarrollo económico personal, por sobre todos los valores éticos y morales. Una sociedad en la que todas las personas se percatan de conseguir todo lo que desean y mas de lo que merecen, haciendo el menor esfuerzo posible y en el menor tiempo. De esta manera, conseguir los títulos universitarios mas rápido, y así poder progresar y ser "mejor" que otras personas. También, menciona que vivimos con varias velocidades para poder, entre otras cosas, pasar rápidamente los "tragos amargos" .
Yo coincido con el autor en la forma en que vivimos, ya que vivimos con un ritmo de aceleración constante, ya sea haciendo cursos cortos para no "perder tiempo" estudiando y así poder conseguir nuestro objetivo mas rápido o en la vida cotidiana, yendo de un lado para otro sin respetar al prójimo.
Sin embargo, no coincido en que debemos vivir con varias velocidades, ya que todo debe suceder a su debido tiempo, sin saltear etapas ni acelerarlas o hacerlas durar mas de lo que realmente duran. Es necesario replantearnos nuestras metas, prioridades y valores personales, y consientizarnos de que cada etapa de la vida, cada momento, ya sea de aprendizaje, de alegría o de tristeza, es necesaria vivirla y disfrutarla.

Conclusion

Hay personas que consideran que vivir y hacer las cosas de manera acelerada es muy bueno, sin embargo, esto puede tener consecuencias no tan buenas ya que se puede perder el placer en lo que se hace y el hecho de disfrutar algo como se debería disfrutar.
Cabe destacar que en algunos casos puede encontrarse el lado positivo, ya sea en momentos negativos que nos tocan vivir o en circunstancias en las que queremos que todo pase lo más rápido posible, para evitar los malos ratos. Yo creo que el conocimiento y el aprendizaje juegan un papel muy importante en la vida de una persona y, en este caso, lo rápido por aprender algo se pone en juego. Al aprender uno crece y adquiere conocimientos básicos para la vida, y si de esto se trata, es necesario tomarse el tiempo necesario para que el resultado final sea el esperado, y no subir cinco escalones a la vez para que en un futuro no entendamos nada por haber aprendido tan apurados. El tiempo para aprender debe ser el justo y necesario para que podamos aprovechar el aprendizaje. Por eso es necesario reflexionar sobre el valor que cada uno le da al tiempo, cómo lo utiliza y qué importancia tiene en su vida, ya que el hecho de tener algo o intentar ser “alguien” mas rápido, no significa que nos sirva en un futuro. Muchos creen que apurarse por aprender, tiene la posibilidad de obtener mas privilegios o beneficios, pero a la hora de poner en practica esos conocimientos, muchas veces la respuesta no es la esperada.
En conclusión, yo creo que vivir aprovechando el tiempo, disfrutando de lo que se hace, sabiendo cuando y cómo acelerar o desacelerar, es la mejor receta para aprender bien, aprovechar los conocimientos adquiridos, avanzar y encontrarle un verdadero sentido a la vida.

Respuesta nº12

A mi entender, Alejandro Dolina llega a la conclusión de que actualmente a las personas solo les importa el resultado y no el proceso de lo que se proponen hacer. Tal puede ser un diploma, un titulo o el final de una novela. Desean saber todo en el instante, sin importar si realmente lo saben. Es por esto que Dolina sugiere que hayan cursos prolongados con el fin de aprender por años y seguir aprendiendo sin obtener titulo o resultado seguro.
Yo creo que Dolina tiene razón, porque actualmente la sociedad hace las cosas con premura y se generan proyectos pero ninguno es a largo plazo. Nadie se fija en el futuro, ni busca un bienestar seguro más que el actual. A su vez, creo que algunos aspectos de la velocidad son positivos. Tales como que el subte venga cada 20 minutos y que las personas se curen con rapidez. Por otro lado, creo que hay que encontrar la velocidad justa y poder aceptar que las cosas tienen un determinado tiempo y que si este se altera, el proceso y los resultados no siempre pueden sucederse como uno lo esperaba.
Para resumir, se puede decir que hay que poder encontrar un cierto equilibrio de velocidades, saber cuando acelerar y cuando frenar.
Encontre este texto que me pareció acorde al tema que vimos en clase, espero que les guste :

¡La vida no es una carrera...!

¿Algna vez has observado a los niños jugando?
o escuchado las gotas de la lluvia tocar el suelo?

Debes detenerte.
No bailes tan rápido, el tiempo es corto,
la música no durará...

Andas Tú...corriendo todos los días?
Cuando preguntas a alguien como está?...
escuchas lo que te contestan?

Cuando el día se acaba, te acuestas en tu cama
con las próximas cien cosas que tienes que hacer
dando vueltas en tu cabeza?

Debes detenerte.
Alguna vez le has dicho a tu hijo,
lo haremos mañana y en tu prisa...
no ves la tristeza en su mirada?

Alguna vez has perdido contacto... dejando una
buena amistad morir porque nunca tuviste tiempo
para llamar y decir "Hola"?

Cuando corres muy de prisa para llegar a algún
lugar, te pierdes todo lo divertido del camino en llegar.

Cuando te preocupas y te apresuras durante el día
es como un regalo sin abrir...
que echas a la basura...

La vida no es una carrera...
Tómalo más despacio, escucha la música...
antes de que se acabe la canción.

Respuesta nº12

A mi entender Dolina llega a la conclusión de que no hay que hacer las cosas apresuradamente, sino que hay que hacer las cosas a su debido tiempo.A su vez las personas tienden a hacer las cosas mas fáciles y las que lleven menos esfuerzo,con tal de ahorrarse tiempo.También dice que hay que tratar que las cosas malas de la vida se pasen rápido, así como las cosas buenas hay que disfrutarlas. Estoy de acuerdo con Dolina debido a que tiene razón con que aprender no es algo que toma unos minutos o horas sino es algo que lleva mucho mas tiempo, toda la vida. Por eso hay que esforzarse y disfrutar de lo que uno hace y siempre estar dispuesto a aprender aunque te lleve mas tiempo de lo deseado.
En mi opinión, Alejandro Dolina, llega a la conclusión de que en la sociedad que vivimos está mucho más valorado el resultado que el camino de aprendizaje y conocimientos para lograr alcanzarlo.
Esta sociedad caracterizada por la competitividad hace que la
gente desee tener todo ya, sin realizar esfuerzo alguno.
Viven acelerados, y a lo único que le dan importancia es a tener el titulo colgado en la pared para poder mostrárselo a los demás.
No quieren tomarse el tiempo que lleva aprender y especializarse en una carrera pero si quieren el prestigio y la recompensa de los que pasaron años en una universidad.
En otras palabras la sociedad actual busca triunfar rápidamente,
cuando en verdad están perdiendo, sí, están perdiendo la satisfacción de comprobar que todo el esfuerzo valió la pena, y que lograron cumplir sus objetivos por sus propios medios.
Me parece muy correcta la opinión de Dolina durante todo el texto, aunque me encuentro en desacuerdo cuando expresa que hay que superar los malos tragos con premura, porque como dice el dicho: “No hay mal que por bien no venga”.

lunes

Respuesta 12

A mi entender, Alejandro Dolina llega a la conclusión de que vivimos en una sociedad en donde lo más importante es conseguir más títulos y más conocimiento de una forma mas rápida, sin importar el camino que lleve a uno a lograrlo, es decir, que la sociedad prefiere lo más simple antes que esforzarse y tomarse un tiempo para llevar a cabo un proceso.
Esto se puede demostrar con los diferentes cursos acelerados que en muy poco tiempo llevan a uno a conseguir lo que quiere. El autor concluye que hay que saber manejar la velocidad, todo tiene que ir a su tiempo, porque aunque uno tenga más títulos y más reconocimientos existen cosas que sólo se logran con el paso del tiempo y con experiencia. Sin embargo, Dolina también dice que hay momentos en los que la velocidad de nuestros tiempos ayudaría, por ejemplo a pasar malos momentos, en los que uno está deprimido, o que los viajes duren cada vez menos.
Para aprender uno requiere de tiempo y dedicación, si uno acorta el tiempo de aprendizaje lo más probable es que se pierdan muchas cosas o detalles que no valdría la pena perder, aunque a nadie le guste esperar. Cada cosa a su debido tiempo. Hay que aprobechar las oportunidades, ya que hay personas que desearían poder estar aprendiendo como lo hace bastante gente, y no pueden porque no tienen las condiciones, o tienen que trabajar en vez de estudiar.
Yo pienso que Alejandro Dolina está en lo cierto, ya que existen muchos cursos acelerados y mucha gente que los usa, pensando sólo en los beneficios de las actividades que uno realice, sin una preparación que los merezca. Esto es malo para la sociedad, ya que con esto se incrementa la competencia entre la gente, y esto hace que cada vez uno quiera tener más títulos y más fama por haber "aprendido tanto" en tan poco tiempo, o por tener muchos trabajos. Si se continua así, va a llegar un momento en que tener 10 títulos a los 20 años sea algo común.
A su vez, la velocidad es buena en algunos momentos, para olvidarse de cosas que a uno lo lastiman, o para viajar más rapido, aunque lo más correcto sería que cada cosa lleve su tiempo y no alterarlo, ya que así podrían obtenerse mejores aprendizajes y mejores resultados.

Consigna 12

El autor, en mi opinion, llega a la conclusion de que vivimos en una sociedad acelerada, la cual valora mas el resultado que el proceso y pone por delante lograr las cosas inmediatamente, antes de disfrutar el camino del aprendizaje y todas las cosas que uno se lleva de el.
Dolina plantea un mundo en el cual la sociedad está desesperada por conseguir titulos, exitos, reconocimiento, etc. y se olvida por completo lo que ello implica: el transcurso que se debe tomar para lograr aquellas cosas, lo que uno crece aprendiendo de ello y lo que uno disfruta transitandolo. Sin embargo, esta sociedad no quiere perder el tiempo ni esperar por procesos largos y "tediosos" de estudio, valora mas el resultado inmediato que las cosas que uno aprende en el trayecto. En cosecuencia, piensan que el estudio es algo tedioso, cuando es lo que nos hace crecer y nos ofrece un futuro mejor. Piensan que no es necesario darle tiempo al proceso, cuando éste nos brinda el mejor conocimiento y nos aporta lo mejor del camino del aprendizaje.
En conclusión, estoy en total acuerdo con Dolina, creo que queda en uno mismo controlar sus propios tiempos y saber manejar las velocidades que se requieren. Siento que el sabor de sentirse satisfecho por haber logrado algo con esfuerzo es mucho mas importante que llegar a un resultado sin ni siquiera tomarse el tiempo de leer un libro. Es satisfactorio saber que uno logro superar sus metas, logro conseguir algo con esfuerzo y dedicación. En sintesis, creo mucho mas placentero el proceso largo y dificultoso, en vez del corto y poco efectivo; uno crece muchísimo mas aprendiendo y transitando un proceso de conocimiento.. Como dice la cancion "Eso que llevas ahí" de Fito Paez: Lo importante no es llegar, lo importante es el camino..

Respuesta nº 12

Dolina llega a la conclusión de que nuestra sociedad prefiere lo inmediato y lo fácil antes que el esfuerzo y el tiempo que todo proceso complejo implica. Además, sostiene que estamos en una sociedad en que lo rápido y lo fácil está en primer plano debido a la constante necesidad de competir uno con el otro.
Para resumir, estoy totalmente de acuerdo con Dolina, debido a que estos hechos se ven todo el tiempo en la vida cotidiana, ya que la gente toma al aprendizaje y al estudio como algo malo, es decir, como tiempo perdido o mal aprovechado; y es por eso que deciden tomar "cursos acelerados" con el fin de pasar rápido esos tragos amargos, en otras palabras, pasar rápido los malos momentos.
Por último, pienso y sostengo que la vida hay que aprovecharla dia a dia, sin necedidad de adelantarnos de nada y sobretodo tener respeto, humildad y amabilidad para poder uno triunfar en la vida.

Respuesta nº 12

Dolina llega a la conclusion de que nuestra sociedad valora mas el resultado que el proceso, no importa el desarrollo del estudio sino un título, no importa cómo, sino que lo logres ya sea por propia decisión o a lo que nos tiene acostumbrados nuestro ambiente, lo que importa son los resultados, no el proceso a conseguirlos. Todos quieren tener conocimientos sin haber "sembrado".
Hay que saber gozar y destacar las buenas cosas de la vida, como el estudio, aprendizaje, etc, aunque lleve demasiado tiempo.
Yo coincido con Dolina ya que hay que darle importancia al aprendizaje, pese a que, nos lleve la vida entera, en esta sociedad en la que vivimos le gente prefiere obtener titulos sin haber tenido un desarrollo para llegar a ese resultado. Hay que saber disfrutar del aprendizaje,pues, lo que se obtiene con empeño, se disfruta con mayor júbilo.

respuesta 12

En mi opinión, el autor no llega a una conclusión particular, sino que propone el texto como un fin en sí mismo, como un análisis crítico de una característica de la realidad que vivimos. Quizás podría decir que el eje del texto se basa en la ineficiencia de "los cursos acelerados", auqnue eso sería limitar mi respuesta. Creo que va aún más lejos, habla de la desvalorización del conocimiento y la sobrevalorización de títulos y demás papeles que certifican la posesión de conocimientos vagos. Además, plantea el interrogante de qué es lo que nos motiva a actuar de esta manera, apurándolo todo, buscando el beneficio instantáneo. Personalmente creo que esto se debe a la incapacidad de tener una visión a largo plazo, de pensar el dinero como un fin en sí mismo (y no como una herramienta que pude mejorar nuestra calidad de vida), el culto a la imagen (de a cuerdo a los parámetros impuestos ya sea por la moda, por la política empresarial, social, etc.). Sin embargo, concuerdo con Dolina en que debemos tener más de una velocidad, ser flexibles y salir a un mundo donde deben respetarse las reglas del juego para sobrevivir, pero a la vez, ser concientes de que no es más que eso: un manual de instrucciones. Ahora, si las corporaciones lo permiten, sería bueno empezar a enriquecer el intelecto, es decir alimentar un poco a esta sociedad que carece de valores.
Finalmente, me resulta bastante curioso cómo es que luego de una generación plagada, inundada de valores políticos, intelectuales e ideológicos pudo surgir otra vacía de contenido. Es algo que todavía no pude responderme, ¿es gracias a quienes implantaron los valores del consumo? ¿es la consecuencia de la represión ideológica? (Este último comentario hace un poco referencia a la fecha de hoy, 24/03 y a que terminé de leer "Cruzar la noche" y no puedo evitar relacionar todo con el terrorismo de estado)
adios! :)

consigna 12

El autor llega a la conclusión de que la sociedad esta cada vez mas acelerada , es decir, considera que en esta sociedad se valora más el resultado que el proceso y es por eso que trata de llegar lo mas rápido a lo que desea, ya sea estudio, trabajo , etc. sin aprovechar verdaderamente su desarrollo. Esta es una característica de nuestros tiempos, ya que se puede observar en los cursos acelerados, que intentan acortar y simplificar los tradicionales estudios.
En síntesis, yo estoy total y completamente de acuerdo con el autor, debido a que podemos observar con frecuencia montones de casos en los que se inventan caminos para evitar su proceso, y así poder apurar los tragos amargos, como menciona dicho autor. Sin embargo, pienso que salteando esos tragos amargos, uno esta quitándole un toque de sabor a ese trayecto, y como siempre en la vida hay tragos amargos y la solución no es esquivarlos, sino enfrentando y tratando de sobrellevarlos. Para finalizar, no toda la gente adquiere este método distinto al tradicional, ya que quedan personas que respetan los tiempos y no cambian ni acortan los debidos procesos.
Yo en particular no siempre elijo el método de “curso acelerado”, a pesar de que no puedo negar que es un método muy práctico y efectivo.

Respuesta nº 12

A mi entender, Alejandro Dolina, en su texto, se refiere a que nuestra sociedad vive sumergida en una constante aceleración. La gente no desea esperar, ni perder su tiempo, y por el contrario, prefiere métodos rápidos y, a su criterio, eficaces. Evitan esfuerzos y se limitan a aprender lo mínimo y necesario para conseguir un título, para confrontar la realidad, la rivalidad, la competencia.
Se remontan a un “tren” que te permite llegar muy arriba, o dejarte pasar por otros. Un tren en el que las reglas son la competitividad y el egoísmo, y los que son capaces de subirse, precisan de la aceleración (característica de nuestros tiempos) para superar a los demás.
Sin embargo, yo creo que el beneficio instantáneo que tanto busca la masa, no es sólo el económico, sino que abarca cosas mucho más importantes aún que el mismo dinero. Creo que uno mismo se tiene que sentir más que satisfecho de haber superado un logro propio, y de reconocerse las metas alcanzadas, que según mi opinión son de muchísimo más valor. Tampoco es cuestión de decir que a uno no le importa que los demás lo registren por sus obras, pero no siento que sea lo más importante.
Asimismo, pienso que está en cada uno de nosotros saber manejar sus tiempos; acelerar lo pesado y molesto, en consecuencia, desacelerar en los momentos de disfrute. Pero no concuerdo en que el aprendizaje sea algo tedioso, son las herramientas fundamentales para construir un futuro digno.
Para finalizar, puedo afirmar que las personas cuyas metas son títulos y reconocimientos, son las que se compran el pasaje al “tren”.

Tarea de Lengua ejercicio 12

12.
Dolina llega a la conclusión de que la gente prefiere terminar rápido los procesos antes que dedicarle el tiempo necesario, es decir, que muchas personas prefieren lo inmediato y lo fácil antes que el esfuerzo y el tiempo que todo proceso implica. También Dolina dice que la velocidad sirve para pasar los tragos amargos de la vida como por ejemplo prefieren un viaje de diez minutos que uno de una hora, o sea que quieren llegar rápidamente a su destino.
Mi posición sobre este tema es que es muy cierto, la gente desea obtener títulos sin haber aprendido nada, o muy poco, simplemente quieren aprobar.
Mi posición sobre este tema es que es muy cierto lo que dice Dolina porque la gente quiere obtener un título sin haber aprendido nada o muy poco. Coincido con él porque la gente toma el aprendizaje como algo malo y lo quiere pasar rápido sin dedicarle el tiempo necesario que requiere aprender bien algo.

domingo

Tarea de Lengua. Dolina.

Dolina considera que en esta sociedad se valora más el resultado que el proceso necesario para llegar a este. La excesiva competencia y la búsqueda desesperada por triunfar como profesional presionan a las personas a pasar rápidamente por etapas que son consideradas poco valiosas, tal es el caso del aprendizaje. Además el autor sostiene que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad ya que en su opinión los malos momentos deberían superarse con rapidez.
Personalmente concuerdo con la idea de que la sociedad intenta atravesar etapas, consideradas de manera equivocada como poco valiosas, en forma veloz y con el mínimo esfuerzo posible. Sin embargo no comparto la idea de superar los malos tragos rápidamente ya que, en mi opinión, de todo momento negativo se aprende algo. Por otra parte, una vez superados esos malos tragos se disfrutaría mucho más de los buenos momentos, que también son muchos. Esto último no ocurriría si en la vida fuera todo perfecto, las personas siempre encontraríamos algo con lo que estar disconforme.

Respuesta 12

En conclusión lo que el autor opina, desde mi punto de vista, es que hoy en día, vivimos en una sociedad acelerada, en la que existen distintos medios para llegar al objetivo sin transitar ningún camino, es como querer cosechar sin haber sembrado. Recibirse en menos tiempo, curarse de una enfermedad en menos días o viajar mas rápido son algunos de los ejemplos que demuestran la velocidad con la que vivimos. Aunque es cierto que algunas cosas es mejor pasarlas rápido, como por ejemplo el curarse de una peste, pero hay otras que es necesario dedicarles su tiempo y disfrutar el momento, por eso es necesario tener varias velocidades para vivir mejor. El autor también comenta que estaría bueno que existieran “cursos rápidos” para cosas que deberían aprenderse en un instante, como por ejemplo el olvido, la humildad, etc. Dolina además menciona que hay quienes le dan mas importancia al resultado que al aprendizaje, el esfuerzo, el trayecto que debe transitarse antes de llegar a este.
Por mi parte estoy totalmente de acuerdo con e autor, coincido en que en la vida no alcanza con una sola velocidad, que de lo placentero hay que disfrutar cada instante y lo feos momentos pasarlos rápido, esto no quiere decir que porque a alguien no le guste estudiar debe recibirse en menos tiempo, en un curso acelerado, pero si, por ejemplo que se cure mas rápido una enfermedad o sea mas fácil viajar de un lado a otro. Hay que saber diferenciar las cosas que realmente sirve acelerarlas de las que no, las que es mejor aprovecharlas y dedicarles tiempo, también hay que saber disfrutar de aprender y no solo querer llegar a un objetivo.

respuesta 12

Dolina cree que la velocidad no es la mejor forma para vivir la vida plenamente, cada uno debe tener sus tiempos y velocidades. Comenta que para llegar a ser alguien muy importante hay que pasar varios años usando la cabeza, a pesar de que en estos tiempos la gente quiere resultados inmediatos sin esfuerzo alguno. A causa de esto, algunos abandonan sus carreras para trabajar en otras cosas que no requieren esfuerzos. Prefieren lo corto y fácil a lo largo y dificultoso.
Por otro lado, el autor dice que la velocidad sirve para pasar los tragos amargos de la vida. Un ejemplo seria, que es mejor curarse de una enfermedad en 1 semana que en 1 año. O es mejor en un viaje al centro tardar 20 minutos en subte a tener que tardar 2 horas en auto.
En conclusión puedo decir que coincido con lo que dice Dolina de la velocidad, esta sirve para algunos casos, pero para otros no.
Si uno quiere buenos resultados, el tiempo tiene que ser lo de menos. La cosa no es tener el resultado, sino poder disfrutar del momento en que se esta aprendiendo.

sábado

Ejercicio 12, texto de Alejandro Dolina.

Dolina llega a la conclusión que hay que disfrutar del aprendizaje y que no hay que acelerar ese momento. El autor desarrolla la idea que para vivir sabiamente hay que tener más de una velocidad. Rapidez en lo que molesta y lentitud para lo placentero. Y aprender le resulta hermoso.
En lo personal comparto esa idea y la teoría que el aprender lleva la vida entera. Es por eso que hay que gozar del aprendizaje ya que lo que adquiere con esfuerzo se disfruta con mayor alegría. Y la esperanza por seguir aprendiendo, prolonga y extiende el bienestar de toda la vida.

tarea: respuesta 12

12-
Dolina llega a la conclusión de que lo importante no es únicamente conseguir el titulo sin, prácticamente, esfuerzo alguno y hacer todo con mucha velocidad, sino que hay que saber disfrutar y apreciar mejor las cosas buenas de la vida, como aprender, aunque justamente nos lleve toda una vida. Lo más importante es aprender y saber demostrarlo haciendo lo que nos gusta, sin presiones.Yo estoy de acuerdo y coincido con el, ya que hay que aprovechar la vida y no dedicarnos únicamente al trabajo. Disfrutar más, de eso se trata, aprender pocas o muchas cosas pero bien, disfrutando de lo que hacemos. Sin embargo en muchas ocasiones la velocidad es de gran ayuda, pero hay que saber utilizarla, tratar de no tener todo ¨servido¨, porque así no terminamos aprendiendo nada.

jueves

Para mi el autor llega a la conclusión de que hoy en dia la gente esta haciendo las cosas apresuradamente, es decir que no le esta dedicando el tiempo necesario a algunas cosas que talvez lo requieren, y de esta manera podemos decir que no le están dando la importancia que estas necesitan, por otro lado tambien se ve como llega a la conclusión de que muchas personas le estan invirtiendo demasiado tiempo a cosas que talves no lo requieren, y le dan demasiada importancia, pero tambien hay que tener en cuenta que eso queda a criterio de cada uno, talvez algo que para mi no tiene tanto interes si lo tiene para otro.
Es por esto que yo coincido plenamente en la conclusión a la que se llega en este texto, y que es algo que uno ve todos los dias, a la mayoría de las personas no le importa el proceso sino tan solo el resultado, todos podemos expresar como ideologia que lo bueno es el estudio y no el titulo, pero creo que seria medio de hipócrita decir que nunca hicimos nada pensando tan solo en el resultado, y sin darle interes a como es que llegamos a tener ese veneficio que nos traerá nuestro accionar.
Puede que todos lleguemos a esta conclucion, diciendo que lo importante es el proceso, pero la realidad es que desde mi punto de vista no creo que ya casi existan personas que lo tengan como politica de vida continuamente.
En conclusión y cerrando con el tema, yo coincido plenamente con lo que pantea este texto, pero no implica que sea como yo me manejo en la vida, en algunas circunstancias sí y en otras le doy mas importancia al resultado que al esfuerzo que hago en conseguir lo que quiero.
=)

viernes

Algo del Negro.



Alejandro Dolina.

Para seguir leyendo al Negro Dolina (a ver qué les parece)

BALADA DE LA PRIMERA NOVIA


El poeta Jorge Allen tuvo su primera novia a la edad de doce años. Guarden las personas mayores sus sonrisas condescendientes. Porque en la vida de un hombre hay pocas cosas más serias que su amor inaugural.
Por cierto, los mercaderes, los Refutadotes de Leyendas y los aplicadores de inyecciones parecen opinar en forma diferente y resaltan en sus discursos la importancia del automóvil, la higiene, las tarjetas de crédito y las comunicaciones instantáneas. El pensamiento de estas gentes no debe preocuparnos. Después de todo, han venido al mundo con propósitos tan diferentes de los nuestros, que casi es imposible que nos molesten.
Ocupémonos de la novia de Allen. Su nombre se ha perdido para nosotros, no lejos de Patricia o Pamela. Fue tal vez morocha y linda.
El poeta niño la quiso con gravedad y temor. No tenía entonces el cínico aplomo que da el demasiado trato con las mujeres. Tampoco tenía –ni tuvo nunca- la audacia guaranga de los papanatas.
Las manifestaciones visibles de aquel romance fueron modestas. Allen creía recordar una mano tierna sobre su mentón, una blanca vecindad frente a un libro de lectura y una frase, tan sólo una: “Me gustás vos”. En algún recreo perdió su amor y más tarde su rastro.
Después de una triste fiestita de fin de curso, ya no volvió a verla ni a tener noticias de ella.
Sin embargo siguió queriéndola a lo largo de sus años. Jorge Allen se hizo hombre y vivió formidables gestas amorosas. Pero jamás dejó de llorar por la morocha ausente.
La noche en que cumplía treinta y tres años, el poeta supo que había llegado el momento de ir a buscarla.
Aquí conviene decir que la Aventura de la Primera Novia es un mito que aparece en muchísimos relatos del barrio de Flores. Los racionalistas y los psicólogos tejen previsibles metáforas y alegorías resobadas. De ellas surge un estado de incredulidad que no es el más recomendable para emocionarse por un amor perdido.
A falta de mejor ocurrencia, Allen merodeó la antigua casa de la muchacha, en un barrio donde nadie la recordaba. Después consultó la guía telefónica y los padrones electorales. Miró fijamente a las mujeres de su edad y también a las niñas de doce años. Pero no sucedió nada.
Entonces pidió socorro a sus amigos, los Hombres Sensibles de Flores. Por suerte, estos espíritus tan proclives al macaneo metafísico tenían una noción sonante y contante de la ayuda.
Jamás alcanzaron a comprender a quienes sostienen que escuchar las ajenas lamentaciones es ya un servicio abnegado.
Nada de apoyos morales ni palabras de aliento. Llegado el caso, los muchachos de Ángel Gris actuaban directamente sobre la circunstancia adversa: convencían a mujeres tercas, amenazaban a los tramposos, revocaban injusticias, luchaban contra el mal, detenían el tiempo, abolían la muerte.
Así, ahorrándose inútiles consejos, con el mayor entusiasmo buscaron junto al poeta a la Primera Novia.
El caso no era fácil. Allen no poseía ningún dato prometedor. Y para colmo anunció un hecho inquietante:
-Ella fue mi primera novia, pero no estoy seguro de haber sido su primer novio.
-Esto complica las cosas –dijo Manuel Mandeb, el polígrafo-. Las mujeres recuerdan al primer novio, pero difícilmente al tercero o al quinto.
El músico Ives Castagnino declaró que para una mujer de verdad, todos los novios son el primero, especialmente cuando tienen carácter fuerte. Resueltas las objeciones leguleyos, los amigos resolvieron visitar a Celia, la vieja bruja de la calle Gavilán. En realidad, Allen debió ser llevado a la rastra, pues era hombre temeroso de los hechizos.
-Usted tiene una gran pena –gritó la adivina apenas lo vio.
-Ya lo sé, señora… Dígame algo que yo no sepa…
-Tendrá grandes dificultades en el futuro…
-También lo sé…
-Le espera una gran desgracia…
-Como a todos, señora…
-Tal vez viaje…
-O tal vez no…
-Una mujer lo espera…
-Ahí me va gustando… ¿Dónde está esa mujer?
-Lejos, muy lejos… En el patio de un colegio. Un patio de baldosas grises.
-Siga… con eso no me alcanza.
-Veo un hombre que canta lo que otros le mandan cantar. Ese hombre sabe algo… Veo también una casa humilde con pilares rosados.
-¿Qué mas?
-Nada más… Cuanto más yo le diga, menos podrá usted encontrarla. Váyase. Pero antes, pague.
Los meses que siguieron fueron infructuosos. Algunas mujeres de la barriada se enteraron de la búsqueda y fingieron ser la Primera Novia para seducir al poeta. En ocasiones, Mandeb, Castagnino y el ruso Salzman simularon ser Allen para abusar de las novias falsas.
Los viejos compañeros del colegio no tardaron en presentarse a reclamar evocaciones. Uno de ellos hizo una revelación brutal.
-La chica se llamaba Gómez. Fue mi Primera Novia.
-¡Mentira! – gritó Allen.
-¿Por qué no? pudo haber sido la Primera Novia de muchos.
Entre todos lo echaron a patadas.
Una tarde se presentó una rubia estupenda de ojos enormes y esforzados breteles. Resultó ser el segundo amor del poeta. Algunas semanas después apareció la sexta novia y luego la cuarta. Se supo entonces que Jorge Allen solía ocultar su pasado amoroso a todas las mujeres, de modo que cada unos de ellas creía iniciar la serie.
A fines de ese año, Manuel Mandeb concibió con astucia la idea de organizar una fiesta de ex-alumnos en la escuela del poeta.
Hablaron con las autoridades, cursaron invitaciones, publicaron gacetillas en las revistas y en los diarios, pegaron carteles y compraron masas y canapés.
La reunión no estuvo mal. Hubo discursos, lágrimas, brindis y algún reencuentro emocionante. Pero la chica de apellido Gómez no concurrió.
Sin embargo, los Hombres Sensibles –que estaban allí en calidad de colados- no perdieron el tiempo y trataron de obtener datos entre los presentes.
El poeta conversó con Inés, compañera de banco de la morocha ausente.
-Gómez, claro –dijo la chica-. Estaba loca por Ferrari.
Allen no pudo soportarlo.
-Estaba loca por mí.
-No, no... Bueno, eran cosas de chicos.
Cosas de chicos. Nada menos. Amores sin cálculo, rencores sin piedad, traiciones sin remordimiento.
El petiso Cáceres declaró haberla visto una vez en Paso del Rey. Y alguien se la había cruzado en el tren que iba a Moreno.
Nada más.
Los muchachos del Ángel Gris fueron olvidado el asunto. Pero Allen no se resignaba. Inútilmente buscó en sus cajones algún papel subrepticio, alguna anotación reveladora. Encontró la foto oficial de sexto grado. Se descubrió a sí mismo con una sonrisa de zonzo. La morochita estaba lejos, en los arrabales de la imagen, ajena a cualquier drama.
-¡Ay, si supieras que te he llorado...! Si supieras que me gustaría mostrarte mi hombría... Si supieras todo lo que aprendí desde aquel tiempo...
Una noche de verano, el poeta se aburría con Manuel Mandeb en una churrasquería de Caseros. Un payador mediocre complacía los pedidos de la gente.
-Al de la mesa del fondo le canto sinceramente...
De pronto Allen tuvo una inspiración.
-Ese hombre canta lo que otros le mandan cantar.
-Es el destino de los payadores de churrasquería.
-Celia, la adivina, dijo que un hombre así conocía a mi novia.
Mandeb copó la banca.
-Acérquese, amigo.
El payador se sentó a la mesa y aceptó una cerveza. Después de algunos vagos comentarios artísticos, el polígrafo fue al asunto.
-Se me hace que usted conoce a una amiga nuestra. Se apellida Gómez y creo que vivía por Paso del Rey.
-Yo soy Gómez –dijo el cantor-. Y por aquellos barrios tengo una prima.
Después pulsó la guitarra, se levantó y abandonando la mesa se largó con una décima.
-Acá este amable señor
conoce a una prima mía
que según creo vivía
en la calle Tronador.
Vaya mi canto mejor
con toda mi alma de artista
tal vez mi verso resista
pa’saludar a esta gente
y a mi prima, la del puente
sobre el río Reconquista.

Durante los siguientes días los Hombres Sensibles de Flores recorrieron Paso del Rey en las vecindades del río Reconquista, buscando la calle Tronador y una casa humilde con pilares rosados. Una tarde fueron atacados por unos lugareños levantiscos y dos noches después cayeron presos por sospechosos. Para facilitarse la investigación decían vender sábanas. Salzman y Mandeb levantaron docenas de pedidos.
Finalmente, la tarde en que Jorge Allen cumplía treinta y cuatro años, el poeta y Mandeb descubrieron la casa.
-Es aquí. Aquí están los pilares rosados.
Mandeb era un hombre demasiado agudo como para tener esperanzas.
-No me parece. Vámonos.
Pero Allen tocó el timbre. Su amigo permaneció cerca del cordón de la vereda.
-Aquí no es, rajemos.
Nuevo timbrazo. Al rato salió una mujer gorda, morochita, vencida, avejentada. Un gesto forastero le habitaba el entrecejo. La boca se le estaba haciendo cruel. Los años son pesados con algunas personas.
-Buenas tardes –dijo la voz que alguna vez había alegrado un patio de baldosas grises.
Pero no era suficiente. Ya la mujer estaba más cerca del desengaño que de la promesa.
Y allí, a su frente, Jorge Allen, más niño que nunca, mirando por encima del hombro de la Primera Novia, esperaba un milagro que no se producía.
-Busco a una compañera de colegio –dijo-. Soy Allen, sexto grado B, turno mañana. La chica se llamaba Gómez.
La mujer abrió los ojos y una niña de doce años sonrió dentro suyo. Se adelantó un paso y comenzó una risa amistosa con interjecciones evocativas. Rápido como el refucilo, en uno de los procedimientos más felices de su vida, Mandeb se adelantó.
-Nos han dicho que vive por aquí… Yo soy Manuel Mandeb, mucho gusto.
Y apretó la mano de la mujer con toda la fuerza de su alma, mientras le clavaba una mirada de súplica, de inteligencia o quizá de amenaza.
Tal vez inspirada por los ángeles que siempre cuidan a los chicos, ella comprendió.
-Encantada –murmuró-. Pero lamento no conocer a esa persona. Le habrán informado mal.
-Por un momento pensé que era usted –respiró Allen-. Le ruego que nos disculpe.
-Vamos –sonrió Mandeb-. La señora bien pudo haber sido tu alumna, viejo sinvergüenza…
Los dos amigos se fueron en silencio.
Esa noche Mandeb volvió solo a la casa de los pilares rosados. Ya frente a la mujer morocha le dijo:
-Quiero agradecerle lo que ha hecho…
-Lo siento mucho… No he tenido suerte. Estoy avergonzada, míreme…
-No se aflija. Él la seguirá buscando eternamente.
Y ella contestó, tal vez llorando:
-Yo también.
-Algún día todos nos encontraremos. Buenas noches, señora.
Las aventuras verdaderamente grandes son aquellas que mejoran el alma de quien las vive. En ese único sentido es indispensable buscar a la Primera Novia. El hombre sabio deberá cuidar –eso sí- el detenerse a tiempo, antes de encontrarla.
El camino está lleno de hondas y entrañables tristezas. Jorge Allen siguió recorriéndolo hasta que él mismo se perdió en los barrios hostiles junto con todos los Hombres Sensibles.